El gobierno de Arévalo, ¿La resistencia?

A tres meses de haber asumido el gobierno, el presidente Bernardo Arévalo la tiene cuesta arriba. Su decisión de detener el flujo del abundante aceite que mueve el engranaje de la corrupción ha incomodado a un grupo importante de diputados. Pero su carencia de cuadros técnicos en la administración abre demasiados agujeros y desorganiza la gestión, volviéndola ineficaz.

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